martes, 27 de agosto de 2013

ORDENAN JUICIO CONTRA ALEMANES INVOLUCRADOS ALLANAMIENTO PUERTO PLATA



Las autoridades de la provincia de Puerto Plata, al norte de República Dominicana, ordenaron este martes un juicio penal contra el alemán Peter Brunch, líder del grupo religioso y filosófico “Academy for Future Health”, y su hijo, Daniel Roland, a quienes acusan de crear un grupo armado con intenciones de atentar contra el Estado.
Brunck, de 62 años, y su hijo fueron arrestados el 17 de octubre del año pasado en un aparatoso y cuestionado allanamiento a su casa y otras viviendas de un complejo residencial habitado por alemanes, austríacos y suizos en Sosúa, 225 kilómetros al norte de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. 
Durante el allanamiento, en el que las autoridades confirmaron que se registraron varias irregularidades por parte de los policías, murió el alemán Peter Dittrich en un supuesto intercambio de disparos con los agentes.  
La jueza Yacaira Veras, de la Cámara Penal de la provincia Puerto Plata, consideró en una audiencia a la que asistió Brunck que la fiscalía presentó suficientes pruebas para abrir el juicio en los dos acusados. 
 Durante el allanamiento de complejo residencial de veraneo cerca de la playa de Sosúa los agentes confiscaron dos fusiles de asalto M-16, así como seis pistolas, siete escopetas, 16 chalecos blindados y una granada, entre otros equipos militares, así como un furgón que era usado para prácticas de tiro.  Inicialmente la fiscalía solicitó el registro por supuestas denuncias de la existencia de armas de fuego y órganos humanos. Las autoridades no encontraron ningún órgano humano.  
Aunque las pistolas y escopetas contaban con permisos emitidos por las autoridades, los civiles no pueden portar fusiles M-16, que llegaron de contrabando.  
"La gran mayoría de los pertrechos militares estaba en la vivienda del señor Peter Brunck", aseguró  la fiscal Alba Núñez, encargada de la investigación.  
Núñez explicó que los cargos contra Brunck y su hijo son porte ilegal de armas y constituirse en un grupo armado en contra del Estado.  
De ser hallados culpables en el juicio, cuya primera audiencia no se ha programado, podrían ser condenados a un máximo de 10 años de cárcel, explicó Núñez.  "Son puras mentiras", dijo José Carlos González, abogado de los acusados. Insistió en que muchas de las armas confiscadas estaban en otras casas del complejo residencial y los policías "las pusieron en la casa de Peter Brunck".  
Ulrich Mühl, portavoz de "Academy for Future Health", dijo que las armas pertenecían a familias de alemanes, suizos y austríacos que viven en las 22 casas del complejo residencial y las tienen como medida de autoprotección.  Mühl asuguró que los fusiles M-16 no son de Brunck ni de ningún otro miembro activo de su organización.  
Brunck, que vive en Sosúa desde 2002, dirige la compañía inmobiliaria que construyó el complejo habitacional y una empresa que fabrica dispositivos terapéuticos, y viaja constantemente por los países de habla alemana para dictar seminarios sobre los principios filosóficos de su organización.  
Según algunos disidentes del grupo, Brunck y su organización acumulaban armas y otros bienes ante la posibilidad de una catástrofe global en el 2012.  El abogado González dijo que solicitará la anulación del proceso judicial por las irregularidades registradas durante el allanamiento, en que alega que los policías robaron bienes, joyas y equipos de cómputo a los europeos.

MADRE DESEA RENCONTRARSE CON HIJO AL QUE NO VE DESDE HACE 40 AÑO


Desde hace mucho tiempo quise profundizar en este conmovedor drama humano por la cercanía del personaje, y quizás por el lazo familiar que nos une.
Pero sobre todo por las fibras humanas con que se teje este drama.
Catalina González Mercedes (Vichina) en sus tiempos de juventud era una trigueña que enloquecía al más insensible de los hombres.
Un buen día su inigualable belleza de mujer hizo presa al corazón del ciudadano español José Labrador González, oriundo de Orense, España.
Ambos conjugaron el verbo amar en todos sus tiempos, y decidieron contraer matrimonio en la comunidad de La Colonia Mixta de Duvergé, que en la década de 1950 era poblada por ciudadanos españoles, japoneses y húngaros que salieron de sus países a raíz de la segunda Guerra Mundial, y que en República Dominicana fueron acogidos por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Fruto de esa unión nació el niño José Luis Labrador González, el 8 de Febrero de 1662, según me aseguró González Mercedes.
Cuando el niño cumplió los tres años de edad, su padre lo sacó del poblado bajo el pretexto de que el infante estaba enfermo, de acuerdo a la aseveración de la madre.
Vecinos de la adama aseguran que el español salió con su hijo porque supuestamente “los dominicanos mataban a los españoles”.
Desde entonces González Mercedes no ha vuelto a saber más de su hijo, aunque el esposo le escribía cartas pero sin dar detalles del infante.
Con el correr del tiempo González Mercedes ha envejecido y cuando toca referirse a su hijo lo hace con nostalgia y la angustia reflejada en sus ojos por saber el paradero su vástago.
Durante años ha conservado fotografías del infante. Cada día acaricia el álbum fotográfico como si fuese el cuerpo de su hijo.
Está llegando a una edad senil, y en sus conversaciones se nota la ansiedad por saber el paradero de Labrador González.
Quisiéramos contribuir a construir un puente de esperanza y ayudar a esta dama a encontrar a su hijo.
Los dominicanos que residen en España, sobre todo los de Duvergé, son los primeros que deberían colocar las columnas primarias de este puente de esperanza.
González Mercedes asegura enfáticamente que su hijo fue llevado por su padre a la ciudad de Orense, España.
Es una Penélope sentada en un banco esperando a su hijo que desea ver.
Antes de que ella muera, hagamos los esfuerzos necesarios para contribuir a que esta atribulada madre se encuentre con su hijo, y por consiguiente construyamos un puente de esperanza.

NIEGAN PENSION A EMPLEADO LUEGO DE TRABAJAR 50 AÑOS PARA EL ESTADO


Su humilde vivienda en el barrio San José estaba situada a orillas del río Las Damas, a una cuadra del hogar donde viví mi adolescencia. Siempre fue afable y bonachón con los demás.
Nunca le vi ejercer otro oficio que no fuera el de tener el coraje para enterrar a sus semejantes: era el zacateca del pueblo.
A Carmelo Heredia (Cochero) nadie lo asemejó con otro oficio que no fuera el de sepultar a los muertos de Duvergé (donde todavía hasta el día de hoy solo existe un cementerio).
Para éste macabro trabajo no tenía días ni horas. Varias veces lo vi ejercer su oficio hasta después de las siete de la noche cuando los familiares del algún difunto esperaban un pariente que viviese fuera de Duvergé, o en algunos casos en el exterior.
Toda una vida dedicada a excavar tumbas.
Hay por razones de edad, sus fuerzas están menguadas. Está convertido prácticamente en un guiñapo.
Camina lento y firmemente hacia la muerte por la desprotección social del Estado, a pesar de que trabajó toda una vida para ese mismo Estado a través del Ayuntamiento Municipal.
He recibido la información de fuentes fidedignas de que a Carmelo Heredia le han negado la pensión como servidor público.
Una injusticia que el Ayuntamiento Municipal de Duvergé no debe permitir para un hombre humilde que dedicó toda su vida al no apetecible trabajo de enterrar muertos.
La Liga Municipal Dominicana debe jugar su parte en este abuso contra un hombre que no tiene apellido sonoro ni conexiones políticas que no sean sus propios brazos ya debilitados.