
Los incendios alcanzaron a una montaña cerca del poblado de La Cuaba, en cuyas prioximidades nacen varios afluentes que alimenten al río Isabela.
Segùn los lugareños, los incendios se producen cada año sin que las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales haya iniciado una investigaciòn en torno a los autores de esas acciones.
Cientos de árboles fueron arrasados por el fuego que alcanzó una extensiòn de màs de cinco kiómetros.
Alegan los campesinos que los inspectores de Medio Ambiente se hacen de la vista gorda frente a la situaciòn, debido a que algunos de esos funcionarios reciben el pago de peaje de parte de dueños de aserraderos y trafifcantes de madera.
Además de las montañas, varias fincas han sido víctimas de desaprensivos que se dedican a la tarea de incendiar propiedades privadas.
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