La DNCD lo calificó como un empresario con "suerte".
Agencias investigativas de Estados Unidos y la República Dominicana dan seguimiento desde el 1997 a las operaciones de vuelos de los aviones de la compañía Caribair, cuyo presidente, Rafael Rosado Fermín, se encuentra preso bajo la acusación de estar vinculado a una red de lavado al servicio del narcotráfico internacional.
Rafael Rasado Fermín, que se encuentra detenido en el Palacio de Justicia del Distrito Nacional, acusado por las autoridades dominicanas de facilitar un avión para supuestas operaciones del narcotráfico, se ha visto envuelto en más de diez escándalos judiciales en los últimos 12 años.
Los casos van desde el supuesto tráfico de estupefacientes, trata de personas, incautación de aviones, deudas millonarias, accidentes aéreos hasta la suspensión de vuelos de sus aeronaves.
Rafael Rasado Fermín fue investigado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en Ingles) cuando fue vinculado a las operaciones de narcotráfico y lavado de activos que dirigió en el país el narcotraficante Luis Horacio Cano en la década de los 90.
En esa ocasión las autoridades investigativas no presentaron cargos contra Rosado Fermín, que negó todo vínculo con el referido narcotraficante sentenciado en los Estados Unidos en 19997.
En el marco del seguimiento que la DEA mantiene a los aviones de Caribair que salen desde la República Dominicana, en agosto del 2002 ese organismo antinarcóticos se incautó de 455 kilos de cocaína en una aeronave propiedad de Rosado Fermín que aterrizó en el aeropuerto de Miami, Florida.
En relación a ese caso, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) apresó e investigo al presidente de Caribair, pero una semana más tarde fue liberado sin cargos en su contra.
Sin embargo, no corrieron la misma suelte los dos pilotos de la aeronave y otros cinco empleados de la empresa que fueron condenados por trafico de drogas.
En el 2006 las autoridades del aeropuerto de las Bahamas intervinieron otro avión de la aerolínea Caribair transportando a un grupo de indocumentados procedente de la República Dominicana.
En esa ocasión la Fiscalía del Distrito Nacional abrió una investigación del caso siendo interrogado nuevamente Rafael Rosado Fermín. Pero los resultados de la investigación nunca se dieron a conocer.
Posteriormente, en el 2009 las operaciones de vuelos de la compañía Caribair fueron suspendidas por el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), por supuesto uso de aviones privados en operaciones comerciales no registradas en las especificaciones del operador aéreo, según resolución de esa institución en la señalada fecha.
Un banco norteamericano se incautó de cuatro aviones propiedad de Rafael Rosado Fermín en agosto del 2010, por una deuda de 1.712 millones de dólares que Caribair contrajo con la entidad financiera Plus Internacional Bank. Luego los aviones fueron recuperados por el empresario dominicano.
La compañía Caribair fue demanda por la Consultoría Jurídica del desaparecido Aeropuerto Internacional Herrera, por una deuda superior a los 10 millones de pesos, por concepto del uso de los espacios de la referida terminal aeroportuaria.
El año pasado Rafael Rasado Fermín volvió a ser noticia, cuando resultó herido en la pierna derecha, al recibir varios disparos que le hicieron personas que se desmontaron de un vehículo en la Avenida Jacobo Majluta, del sector Los Ríos. En ese incidente, el empresario fue despojado de 10 mil dólares en efectivo y de varias computadoras.
Los responsables del hecho aún no han sido apresados por las autoridades policiales. Actualmente el presidente de Caribair se encuentra detenido en Palacio de Justicia del Distrito Nacional acusado de estar vinculado a una supuesta red internacional de narcotraficantes con sede en la República Dominicana. Unos de sus aviones sufrió un accidente la pasada semana en el distrito municipal Tireo, en Constanza, donde murió un capitán de la policía y un civil que lo acompañaba.
La Dirección Nacional de Control de Drogas cree que la aeronave estaba siendo utilizada en operaciones del narcotráfico, con el consentimiento de su propietario Rafael Rosado Fermín.
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