Por falta de habitaciones hoteleras.
Londres.-No es fácil conseguir
una habitación en Londres durante las vacaciones y mucho menos este verano, con
el mundo entero palpitando los Juegos Olímpicos. Los hoteles tienen las
reservas a tope y no hay un sólo colchón disponible en la ciudad. Con la
creatividad a flor de piel, los londinenses parecen estar dispuestos a todo con
tal de hacerse la América durante el mayor evento deportivo del año. Rápido de
reflejos, un chofer decidió sumar unas cuantas libras extra y transformó su
taxi en un hotel.
David Weekes es taxista full-time, pero este verano -con la locura que se
espera sea Londres y con algunos sectores de la ciudad intransitables en auto-
decidió darse un respiro al volante y transformó su icónico taxi negro en un
mini hotel por 77 dólares la noche.
David decidió adaptar el asiento trasero de su taxi y ponerle un colchón ultra esponjoso, los llamados memory foam que siempre recuperan su forma, almohada, edredón para los friolentos -con estampado de los Juegos Olímpicos-, lámpara para leer de noche y hasta un Paddington Bear, el famoso personaje de literatura infantil, todo un ícono inglés.
Y como todo hotel que se precie de brindar un buen servicio, el taxi-room tiene un frigobar -que se carga con energía solar- radio, despertador, un iPad con conexión a Internet y un juego de camping para sentarse a cenar o desayunar en la vereda. Está decorado con la bandera de la Union Jack y con cortinitas para darle cierta privacidad.
Lo que ofrezco es una experiencia auténticamente londinense. Conozco esta ciudad como la palma de mi mano. No mucha gente puede decir que ha pasado la noche en un taxi , entusiasma David, pero advierte que en el taxi-hotel no se permiten mascotas ni se puede fumar. Para no andar cargados, pueden dejarle sus valijas en el maletero.
David decidió adaptar el asiento trasero de su taxi y ponerle un colchón ultra esponjoso, los llamados memory foam que siempre recuperan su forma, almohada, edredón para los friolentos -con estampado de los Juegos Olímpicos-, lámpara para leer de noche y hasta un Paddington Bear, el famoso personaje de literatura infantil, todo un ícono inglés.
Y como todo hotel que se precie de brindar un buen servicio, el taxi-room tiene un frigobar -que se carga con energía solar- radio, despertador, un iPad con conexión a Internet y un juego de camping para sentarse a cenar o desayunar en la vereda. Está decorado con la bandera de la Union Jack y con cortinitas para darle cierta privacidad.
Lo que ofrezco es una experiencia auténticamente londinense. Conozco esta ciudad como la palma de mi mano. No mucha gente puede decir que ha pasado la noche en un taxi , entusiasma David, pero advierte que en el taxi-hotel no se permiten mascotas ni se puede fumar. Para no andar cargados, pueden dejarle sus valijas en el maletero.
Durante el día, los huéspedes pueden contratar los servicios de David y
pasear por la ciudad y cuando cae el sol, elegir en qué lugar de Londres quiere
pasar la noche siempre y cuando se pueda estacionar libremente allí. Weekes
sugiere que se estacionen frente a su casa y ofrece su baño como un adicional.
Por la mañana, los visitantes deberán dejar el cuarto para que el chofer vuelva
a las calles y ponga en marcha el taxímetro. El verano es corto, los Juegos
Olímpicos ocurren cada cuatro años y hay que aprovechar para llenarse los
bolsillos
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